domingo, 27 de abril de 2008

UN CAMIONERO ESPAÑOL ME HABLA DE BAQUEDANO




En un sitio del mundo, muy lejos de Baquedano en un encuentro con gentes de diversas nacionalidades encontré un español un poco mayor que se alegró montones de encontrar una chilena nortina en un lugar tan lejano. Me contó que siendo muy joven había trabajado en el interior de Antofagasta en la instalación de las tuberías que llevarían agua potable y me nombró Baquedano...En ese pueblo, -dijo- habían pequeños hostales que llamaban pensiones en donde comíamos a diario...éramos muchos trabajadores y cada uno tenía su pensión fija. Y me las fue enumerando: la pensión Baquedano, la pensión Prat, la pensión Chile, el hotel Taborga, la pensión Pabla, la pensión del doña Dorila...Me habló de las jóvenes tan lindas que vivían en ese pueblo y me nombró, entre otras, a más de una joven de mi propia familia. También me nombró a dos camioneros que trabajaron con él ahí: uno de apelllido Risso y el otro de un apellido griego que ahora no recuerdo. Y es que entonces había trabajo para jóvenes que sabían trabajar en esos inmensos camiones Leyland que cargaban los camiones cargados con las tuberías del agua. Yo era una niña muy pequeña cuando entonces y tengo recuerdos muy vagos de ese entonces...pero mi corazón se puso contento de encontrar a alguien que de tan lejos en el recuerdo y en la distancia aún se recordaba con nombres y apellidos de ese pueblo hechicero que era Baquedano.

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